-¿ABC? - ¡No!, ABR :)

Enseñar con ganas para aprender aún con más ganas

Como ya veníamos anticipando en entradas anteriores, es notable que las prácticas de enseñanza tradicional se encuentran obsoletas para los contextos actuales, por lo que resulta indispensable comenzar a modificar las interfaces de las aulas escolares. Si bien el compromiso va más allá de nuestro labor docente, sería de gran aporte diseñar propuestas de enseñanza que resulten más interesantes para los destinatarios de hoy habitan las aulas.

Una alternativa que llegó para quedarse es el Aprendizaje Basado en Retos (ABR) ¿De qué se trata? Ahora lo indagaremos…



Imaginate estar encerrado en una habitación y que, para salir de ella, tienes que resolver una serie de enigmas y problemas donde no solo tengas que poner en juego tus habilidades, creatividad e ingenio; sino que además tengas que trabajar de forma colaborativa con otros, tomar decisiones y usar el razonamiento deductivo. 

¡Ya se! como docente estás pensando que estas habilidades y competencias coinciden con las que pretendemos que los estudiantes desarrollen en el aula. ¡Exactamente! Sólo basta con combinar una narrativa histórica, los contenidos que queremos enseñar y un conjunto de desafíos analógicos y tecnológicos; la tarea no será sencilla, pero te aseguro que te resultará más que satisfactoria cuando la lleves al aula…

Nuestro primer encuentro con esta metodología fue intentando escapar de un museo, para lo cual solo teníamos 60 minutos y más incertidumbre que certezas; pero la hora parecieron minutos, y no solo aprendimos sobre arte, sino sobre el trabajo colaborativo, las estrategias, el buen uso de las herramientas analiticas y tecnologicas que teníamos a disposición, y sin dudas el disfrute de escapar a tiempo.

Ahora era nuestro turno, nos tocaba pensar, idear, imaginar y construir, no solo una historia atrapante, sino retos que representan un desafío y que generen interés; y sin olvidar el contenido cultural, el saber matemático que debe ser el eje central y guía de toda la propuesta. 

Somo novatos en esto, y sin dudas nos queda mucho por aprender, pero les compartimos nuestro primer trabajo basado en la metodología ABR

¡Qué comience el juego!





Tras haber realizado la propuesta, nos podemos dar cuenta que si bien fue cuantioso el tiempo que tuvimos que invertir en ella, la metodología en sí no presenta grandes complejidades. Los pasos o la estructura de un ABR son relativamente sencillos y su flexibilidad nos permite adaptarla según las condiciones que se nos presenten, como el contenido a desarrollar, las habilidades que queremos mejorar o recompensar, etc.
En cuanto a los beneficios que comprende su aplicación, son innumerables. Mediante la gamificación, los docentes podemos “camuflar” la enseñanza en el juego y propiciar un ambiente de aprendizaje más distendido que el habitual, donde desaparece el miedo a cometer errores y emerge el entusiasmo por lograr metas. Esto no sólo le aporta al estudiante mayor control sobre sus procesos de aprendizaje sino que también lo involucra en experiencias que modifican su comportamiento. Asimismo, la inclusión de nuevas tecnologías favorece en gran medida a las propuestas metodológicas, ya que es un ámbito en el que los adolescentes se encuentran más familiarizados y funciona como una poderosa fuente de motivación.

Por último, queremos destacar cuán significante resulta la innovación didáctica permanente por parte de los docentes. Una innovación que suscite la búsqueda de nuevas metodologías más productivas que no solo modifiquen sino que también beneficien las interfaces del aula. Somos garantes de una educación de calidad, es nuestro compromiso, nuestro desafío ¡A seguir trabajando!


Peranzoni, M. Belén - Peña, M. Fernanda - Ruiz Francisco

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